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La crisis energética, la transición energética y las infraestructuras de red obligan a tomar decisiones

Con la actual congestión de la red, la estrechez del mercado laboral y la escasez de recursos, la cuestión es hasta qué punto puede acelerarse la transición energética.

El Gabinete Rutte IV se compromete plenamente con el Clima y la Energía

El Gobierno de Rutte IV está plenamente comprometido con el clima y la energía. Con Rob Jetten, se ha nombrado un ministro especial y se dispone de un Fondo para el Clima y la Transición de 35.000 millones de euros. Este fondo climático se aplica durante los próximos 10 años y es adicional al régimen SDE++. El fondo se utilizará para construir las infraestructuras energéticas necesarias (electricidad, calor, hidrógeno y CO2), aplicar una política industrial ecológica y hacer más sostenibles la movilidad y el entorno construido.

El Gobierno quiere impulsar la oferta de fuentes de energía renovables: eólica marina, solar sobre cubierta, geotérmica, gas verde y acuatermia. Se incrementará la producción y la importación de hidrógeno.

La realidad de la guerra en curso en Ucrania ejerce presión sobre las ambiciones formuladas y puede obligar a tomar decisiones dolorosas.

 

Fuente: Gobierno central, análisis JBR. Haga clic en la imagen para facilitar la lectura.

 

Guerra en Ucrania

El jueves 24 de febrero comenzó la invasión rusa de Ucrania, que ha provocado una subida de los precios de la energía (petróleo y gas), además de mucho sufrimiento humanitario. Debido al aumento de la demanda de materias primas, los precios de la energía habían estado altos durante algún tiempo, pero la guerra en Ucrania ha añadido un fuerte impulso a esto.

Debido a este fuerte aumento de los precios, el gabinete neerlandés se ve obligado a amortiguar la pérdida de poder adquisitivo de los holandeses, entre otras cosas reduciendo los impuestos especiales sobre los carburantes, el tipo del IVA sobre la energía y una inyección financiera adicional para las rentas más bajas.

Toda Europa es consciente de la necesidad de independizarse de Rusia y reducir así sus importaciones de petróleo y gas. Una forma de hacerlo es aumentar su propia producción, desplegar GNL procedente, por ejemplo, de Estados Unidos u Oriente Medio, explotar nuevos yacimientos (por ejemplo, en el Mar del Norte) y mantener operativas las centrales de carbón y nucleares existentes. Con los elevados precios actuales de la energía, los yacimientos de petróleo y gas que antes no parecían rentables (por ejemplo, los pequeños yacimientos del sur del Mar del Norte) siguen siendo atractivos para ponerlos en producción.

Mientras tanto, existe un acuerdo para eliminar progresivamente el carbón y el petróleo rusos. En respuesta, Rusia también ha tomado contramedidas y ha reducido o interrumpido el suministro de gas a varios países, entre ellos en parte los Países Bajos. Las principales razones son la falta de disposición a pagar la factura del gas en rublos (conjunto de la demanda) y los supuestos problemas de suministro en torno a los componentes esenciales.

En Europa existen acuerdos sobre el llenado de las instalaciones de almacenamiento de gas en los distintos Estados miembros. Para el 1 de noviembre de 2022, la capacidad de los Estados miembros deberá estar cubierta al menos en un 80%, aunque existen cláusulas que permiten que la capacidad cubierta en países concretos sea inferior. El gabinete holandés ha decidido aumentar la capacidad de importación de GNL (gas natural licuado). También se han convocado licitaciones para llenar el mayor almacén de gas neerlandés, Bergermeer, y se ha decidido que las tres centrales eléctricas de carbón neerlandesas podrán volver a funcionar a pleno rendimiento (era un máximo del 35%). El gas del yacimiento de Groningen aún no se utiliza, pero se mantiene en reserva (piloto) por si la situación empeora y la seguridad del suministro a hogares, hospitales y empresas se ve seriamente amenazada.

 

Transición energética

Además de las medidas mencionadas para reducir la dependencia de la energía rusa, Europa se ha comprometido a acelerar la transición energética, reduciendo la dependencia europea de los combustibles fósiles. Para ello, el gobierno neerlandés quiere acelerar el aislamiento de las viviendas, endurecer las obligaciones de ahorro energético de las empresas, aumentar la producción de gas verde y acelerar la instalación de energía solar y eólica marina.

El viernes 18 de marzo, el gabinete neerlandés presentó un plan para duplicar la capacidad eólica marina prevista, hasta 21 GW en 2030. Para ello, se han confirmado tres nuevas zonas, tras las dos designadas anteriormente (un total de cinco zonas).

Sin embargo, la cuestión es si las empresas de red y los instaladores neerlandeses tienen capacidad suficiente para dar forma a parte de esta aceleración. TenneT, por ejemplo, anunció a principios de junio de 2022 que habrá una parada provisional para las nuevas empresas y entidades que quieran conectarse a la red eléctrica en Brabante Septentrional o Limburgo.

 

Red eléctrica holandesa

Antes de que estallara la crisis, la red eléctrica ya estaba tensa, sobre todo por el aumento de la capacidad de transporte necesaria para alimentar la generación a partir de fuentes de energía renovables, como la eólica y la solar. Además, la electrificación de la industria y el transporte exige cada vez más capacidad de transmisión.

Las empresas de redes se esfuerzan por ampliar y reforzar sus redes, pero aún no lo hacen con la rapidez suficiente. Esto crea congestión en la red, haciendo imposible la conexión de grandes consumidores en algunas zonas.

Además, los trámites de los permisos suelen llevar mucho tiempo, lo que significa que la ampliación requiere cierto tiempo. Todas las empresas de red han presentado planes para realizar fuertes inversiones en sus redes regionales, reforzándolas y ampliándolas en los próximos 10 años.

Para poder realizar el trabajo y, en la medida de lo posible, acelerarlo aún más, los operadores de la red necesitan (mucho) personal técnico. Actualmente, este tipo de personal escasea en los Países Bajos. Por un lado, debido a la elevada demanda de personal; por otro, debido a las salidas (jubilaciones) y a las escasas entradas.

Otros obstáculos a la aceleración son la falta de espacio, el tiempo necesario para obtener los permisos adecuados y la escasez de materias primas esenciales. El precio de varias materias primas ya estaba en alza antes de la guerra en Ucrania y no ha hecho más que aumentar debido a la guerra.

La estrechez del mercado laboral y la falta de personal técnicamente cualificado limitan mucho lo que puede llegar a realizarse.

A la hora de realizar nuevas conexiones, se aplica el principio del "orden de llegada", es decir, los operadores de redes tienen la obligación de realizar las conexiones en el orden en que las reciben. Para la expansión de la red, los operadores de red utilizan marcos de prioridad, en los que también se aplica en la medida de lo posible el principio del "primer llegado, primer servido".

Con el aumento de la escasez de transporte y la fuerte demanda de los operadores de red en los próximos años, la cuestión es si este principio puede seguir utilizándose o si es necesario elaborar otros marcos de consideración.

 

Conclusión

Se prevé que los precios de la energía sigan subiendo en los próximos años. Con la actual congestión de la red, la escasez de mano de obra y de materias primas, la cuestión es hasta qué punto puede acelerarse la transición energética.

En el momento en que los precios de la energía sigan siendo estructuralmente más altos y la seguridad del suministro esté en peligro, también aumentará la presión social para abrir el yacimiento de gas de Groninga. Además, no se pueden descartar presiones para normalizar las relaciones con Rusia a cambio de paz y suministros energéticos. También surgirá un debate más amplio sobre la energía nuclear como solución a largo plazo.

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